Teoría de las Compuertas [Dolor] Melzack y Wall (1965)
En 1965 Melzack y Wall propusieron la teoría de la
Compuerta o Puerta de Entrada para explicar los fenómenos relacionados con el
dolor. La teoría de la compuerta del dolor es una explicación de cómo la mente
desempeña un papel esencial en la opinión del dolor.
Sugirieron que hay un “sistema que bloquea” a nivel
del sistema nervioso central que hace que se abran o se cierren las vías del
dolor. Como se puede ver en el esquema del sistema del control de la
compuerta la fibra “L” larga recibe impulsos de la parte central del
sistema nervioso.
L: fibras gruesas mielinizadas A
alfa y beta de bajo umbral, de fácil adaptación,
con funciones propioceptivas, tacto, presión y actividad
refleja. La aferencia la aumenta la L
y la disminuye S.
S: fibras delgadas A delta de poca
mielina que da dolor punzante agudo y responde a tacto,
dolor superficial y visceral (6 a 30 m/s); fibra C sin
mielina con células de Schwan da
dolor sordo, de umbral alto de mecano
y termonociceptores.
(0,5 a 2 m/s) Estos estímulos, a manera de
compuerta pueden abrirse, dejando fluir el dolor a través de las fibras
aferentes y eferentes desde y hacia el cerebro, ó viceversa, las puertas se
pueden cerrar para bloquear estos caminos del dolor. Los impulsos eferentes
que vienen de la región central, son motivados por una
enorme variedad de factores psicológicos. Esta teoría del dolor integra los
componentes fisiológicos, psicológicos, cognoscitivos, y emocionales que
regulan la percepción del dolor.
La teoría de la compuerta explica por qué se
disminuye el dolor cuando el cerebro está experimentando una sensación de
distracción o se produce simultáneamente un estímulo táctil,
que por su mayor velocidad en los nervios, (30mts/seg) llega
primero a la compuerta y le cierra la puerta parcialmente al
dolor que viene por la fibra “S”, pequeña- small- ( mts/seg). En
estas circunstancias, la percepción del dolor se disminuye porque la
interpretación del dolor es modulada por la experiencia de distracción.
En determinadas
circunstancias los mensajes de dolor trasmitidos mediante impulsos
nerviosos desde nuestro cerebro pueden variar en intensidad, ser
bloqueados o “dispararse” según sea la influencia de dichas circunstancias.
Éstas serían las llaves que abren y cierran la puerta del dolor.
El trastorno de dolor crónico está determinado por distintos
factores y no sólo por la extensión de la lesión física. Estos factores influyen en la posición de la
“puerta” de entrada del dolor, modulando la cantidad de estimulación que llega
hasta el cerebro. Los factores que hacen empeorar el dolor son:
Factores físicos:
- Extensión del daño y/o de los cambios degenerativos
- Extensión de la cicatrización residual y otras reacciones físicas al daño después de la curación (por ejemplo condiciones de circulación, inflamaciones y otros cambios del tejido liso).
- Cambios no específicos, por ejemplo, estenosis vertebral ligera, pérdida de simetría.
- Mal funcionamiento de los sistemas muscular o arterial, debido probablemente a una debilidad hereditaria.
Factores emocionales:
- Ansiedad, preocupación, tensión
- Ira y altos niveles de excitación
- Depresión.
Estos factores pueden ser provocados por el mismo dolor o por otros acontecimientos de la vida diaria.
- Ansiedad, preocupación, tensión
- Ira y altos niveles de excitación
- Depresión.
Estos factores pueden ser provocados por el mismo dolor o por otros acontecimientos de la vida diaria.
Factores mentales:
- Grado de localización de la atención en el dolor.
- Aburrimiento (a menudo es producto de la reducción de actividades para combatir el dolor).
- Creencias y actitudes acerca del significado del dolor. Por ejemplo, compare la intensidad de un dolor en el pecho si cree que se debe a una indigestión o si cree que se debe a un ataque cardíaco. No se siente lo mismo, pero es el mismo dolor.
- Falta de control sobre el dolor (baja tolerancia al dolor). Muchos pacientes de dolor crónico sienten que no pueden controlar su dolor. Un comentario típico es: “El dolor controla mi vida”.
- Aburrimiento (a menudo es producto de la reducción de actividades para combatir el dolor).
- Creencias y actitudes acerca del significado del dolor. Por ejemplo, compare la intensidad de un dolor en el pecho si cree que se debe a una indigestión o si cree que se debe a un ataque cardíaco. No se siente lo mismo, pero es el mismo dolor.
- Falta de control sobre el dolor (baja tolerancia al dolor). Muchos pacientes de dolor crónico sienten que no pueden controlar su dolor. Un comentario típico es: “El dolor controla mi vida”.
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